miércoles, 1 de agosto de 2012

Ollanta Humala y sus virajes.


EDITORIAL
Cuando la mona se viste de seda, ¿mona se queda?

La semana que pasó no sólo nos trajo el mensaje presidencial, la celebración de Fiestas Patrias y toda la parafernalia que viene con ello, sino que -advertido por los últimos acontecimientos sociales, las protestas contra las mineras, el descrédito en que estaba cayendo el gabinete y el desánimo cada vez mayor que se sentía entre los ciudadanos de a pie que veían con malos ojos el actuar tan castrense y falto de diálogo del ahora ex premier Oscar Valdez- Humala Tasso tuvo que renovar y poner nuevos elementos en diferentes ministerios para poder así llegar con un rostro renovado al primer año de su gobierno.

Este cambio no sólo ha tenido la nota curiosa de tener una fuerte presencia de mujeres a la cabeza de varios ministerios como son el de Justicia y Derechos Humanos, Educación, Salud, de la Producción, y de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, habiendo comentaristas políticos que han dicho que esto también refleja lo que pasa en la pareja presidencial, donde al parecer es la Primera Dama de la Nación quien lleva la batuta en muchos temas; y también ha puesto en escena algo que ya se había adelantado desde el mismo momento en que Humala Tasso asumió con su partido las riendas de la nación: en Gana Perú, un movimiento más improvisado que planificado, no hay los elementos idóneamente preparados para asumir la dirección de los temas más importantes del Estado, lo que se ha visto reflejado de manera fáctica y precisa en temas como la lucha contra el terrorismo, siendo el caso del líder terrorista Martín Quispe Palomino, conocido como camarada Gabriel, y los asesinatos que perpetró en Kiteni, el más sonado de los últimos meses, así como todos los muertos y el saldo de pérdidas económicas y sociales que significó las protestas contra los proyectos mineros que contaminarían el ambiente y depredarían la naturaleza tanto en Espinar como en Cajamarca, donde el gobierno no supo dialogar con la población y llevó todo esto a niveles inmanejables que, al final, como saldo político dejó al Presidente de la República en una encrucijada donde la única salida fue cambiar a sus ministros.

Ahora, el flamante titular de la Presidencia del Concejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor, quien hasta día antes se desempeñaba en la cartera de Justicia y Derechos Humanos, dijo que “este será el gabinete del diálogo”. Queremos creerle, pues es lo que necesita nuestro país para poder dejar atrás este oscuro año bañado de sangre inocente, y poder ver el futuro que nos toca con esperanza y buenas expectativas. Y algo que nos da confianza en este nuestro nuevo presidente del Consejo de Ministros está en sus declaraciones sobre el caso Villa Stein, calificando de “vergonzoso” el fallo que emitió la Sala Penal Permanente de la Corte Superior que favorece a los integrantes del grupo Colina. Si sigue en esa vía, es de seguro que podemos esperar cosas buenas de este nuevo gabinete, y que no sea sólo un cambio de traje del gobierno de Humala Tasso para mostrarnos algo que en realidad no va a suceder, tan acostumbrados como nos tiene a cambiar constantemente según como se presente la marea.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario