lunes, 20 de agosto de 2012

El Rito Verbal que está causando revuelo



Conversamos con Raúl Heraud, antologador de Rito Verbal, muestra de poesía peruana 2000-2010, publicada recientemente y que ha causado revuelo en los ambientes literarios por su propuesta arriesgada al poner en escena a autores y lecturas disímiles.

Por Martín Zúñiga
¿Cómo nace la idea de Rito Verbal?
Primero que nada en La Habana, durante el Festival de Poesía en 2008 conversando con algunos poetas sobre lo primero que hacía cuando llegaba a una ciudad, que era buscar una antología de poesía contemporánea del lugar. Les comenté a Cesar Toro Montalvo y otros poetas más que estaban por ahí, cubanos, que no había encontrado nada en las librerías de La Habana Vieja, apenas unos poemarios sueltos, y fue ahí que Cesar Toro prácticamente me retó a hacer una antología peruana del año 2000 y una cubana, con apuesta incluida, como una necesidad siempre de agrupar en un libro las voces de esta década y dejar un precedente para los lectores y estudiosos de la poesía peruana y latinoamericana.

¿Y cuándo salió la cubana?
La cubana salió primero en 2010, la presenté en La Habana y estoy haciendo la segunda edición que presentaré en la Feria del Libro de Guayaquil, a la que he sido invitado.

¿Qué criterios usaste para armar la muestra de poesía peruana?
Hubo varios. Primero, el no hacer una muestra sólo con nombres de poetas ya hechos, es decir, de los que están ya cuajados con varios libros encima, sino también incluir a los que recién aparecen y no tienen un libro, aunque sí apariciones en recitales o blogs. Después, incluir a poetas de provincia. Y, tercero, un gran número de poetas mujeres. Esas fueron las premisas. Luego nos dedicamos a leer todo lo que caía en nuestras manos, asistimos a recitales donde se presentaban algunos muchachos no muy conocidos, nos dimos ese trabajo, también escuchamos sugerencias. En realidad, fue por varios canales. Después la calidad de los textos hace su trabajo. Tratamos (al escoger) de que los textos no fueran todos del mismo corte; he visto en otras antologías que los poetas seleccionados, o se parecen en su forma de escribir, o los poemas seleccionados casi todos son similares; aquí tratamos de mostrar diferencias, no similitudes.

Veo que entre tus 42 seleccionados no aparecen poetas como Jerónimo Pimentel, Tilsa o Sordomez, ¿a qué se debe esto?
Esa es la idea arriesgar, apostar por los que no aparecen o no se les conoce mucho, pero que su poesía es interesante. Las antologías o muestras, en este caso, toman su real connotación después de diez años aproximadamente, es ahí cuando se ven los aciertos o desaciertos de las convocatorias, pero preferí apostar a aferrarme a lo seguro.

¿Crees que hay una "generación" poética como tal en esta década?
Hablar de generación es un poco ostentoso. Para que sea una generación debe cumplir con criterios, creo yo, criterios como una filosofía imperante, un modo de pensar o sentir que marque una época, pienso que es algo que no se ajusta en estos tiempos posmodernos donde las utopías escasean y ya ni siquiera hablamos de grupos poéticos, como los que existían en otras décadas como Hora Zero o Kloaca, que tenían un fondo político y hasta militante.

¿Cuál es el balance que haces de la poesía que aparece en esta década?
El balance es bueno, se publica mucho, creo que a veces más de la cuenta, pero veo un conjunto de poetas sólidos que, más allá de publicar poemarios, siento que su discurso es coherente. En cuanto a la poesía en general, creo que atraviesa por una etapa de crisis en cuanto a su relación con el público y con el lector.

¿Qué tipo de crisis?
No sé si tenga que ver con el capitalismo o quizá son estos tiempos donde los valores y las necesidades humanas apuntan hacia cosas más tangibles y menos románticas. Creo que la poesía ha perdido terreno respecto a cómo va el mundo. En estos tiempos a la juventud se le ha obligado a creer que el éxito tiene que ver con la economía, y el suceso inmediato, es una época donde se ha creado el mito del rockstar, la inmediatez está matando el arte. Viéndolo del otro lado, creo que la poesía tampoco ha logrado salir del enclaustramiento del papel, no ha dado el gran salto, o de repente los poetas no hemos sabido enfrentar estos tiempos de gente que no soporta a un individuo que lee un texto de diez minutos con una voz aguardentosa, no lo sé, esto lo veo no sólo en Perú, sino también en otros países. Quizá no hay nada nuevo en el discurso, y eso también satura al espectador.


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