lunes, 20 de agosto de 2012

KIKO se despide del público para siempre


El personaje de la televisión mundial que emociona a generaciones saluda a Arequipa.

REDACCIÓN VISTAPREVIA
Es difícil llegar al final de nuestro camino. Que nuestros sueños de infantes en algún momento se tienen que acabar, porque esos personajes que hicieron de nuestro niño interior alguien inmortal, ya no estarán más. Es difícil aceptar que Carlos Villagrán, más conocido como Kiko,  solo estará unos días en Arequipa y que después colgará, para siempre, ese traje de marinerito que fue el favorito de muchos niños que prefirieron a Kiko antes que al Chavo en la serie que nos hizo crecer con muchas enseñanzas hechas con  el corazón, “El Chavo del Ocho”.

Me aferro a su abrazo como una niña, como si mi instinto me advirtiera que será la primera y última vez que estaré tan cerca de este exitoso cómico internacional mexicano, que me hizo reír desde pequeña hasta hoy en mi adultez. Me gustaría tener el tiempo necesario para informarme más allá de las disputas que tuvo con el Chavo, la Chilindrina o doña Florinda, pues para mí eso no es relevante. Así que disfruto de su compañía, más como fan que como periodista. Impresionada por su sencillez, su caballerosidad y alegría, me atrevo a preguntarle a su esposa como se enamoró de este famoso.

SU ESPOSA Y COAUTORA
Becky Palacios, mexicana de 56 años, sonríe y responde: “Nos conocimos por internet y jamás se me cruzó por la mente que pudiera ser Kiko, solo me enteré hasta que lo conocí en persona a los cuatro meses. Y supe que era él. Me encantó su forma de ser y su sentido del humor”, declara en exclusiva, la esposa del exitoso hombre. Una mujer bella, que sonríe aunque le disguste la multitud que muchas veces le roba el tiempo y la mirada de amor de su esposo. Va grabando en su mente escena tras escena del público mostrando su afecto a Kiko y Carlos Villagrán. Porque estas emociones serán fuente de inspiración tanto para ella como para su esposo en el libro que relatará la biografía de Kiko y Carlos Villagrán. Los esposos prometieron que ellos mismos la escribirán luego de que se termine de grabar la historia del famoso en los Estados Unidos, en los siguientes meses.

KIKO PARA SIEMPRE
Con 68 años a cuestas y los cachetes un tanto desinflados por el paso de los años, Kiko hace su entrada triunfal ante la prensa. Solicita aplausos que hasta los de la tercera edad en el periodismo se apresuran a entregar. Emocionados, como si nuevamente fuesen niños, permanecen con el deseo de tomarse una foto con Carlos Villagrán, que por 41 años interpretó a Kiko, personaje que tuvo más éxito que “Pirolo”, su primer personaje antes de conocer a Roberto Gómez Bolaños.

Aunque Carlos Villagrán diga que hay mucha diferencia entre el niño Kiko y el niño Carlos, pienso que Kiko tiene mucho del señor Villagrán. Se identifica y se siente orgulloso de su familia como en la serie; es engreído como Kiko, quizá porque todos los engríen -incluso su esposa, que en plena conferencia le pone un caramelo en la boca. Nos cuenta que su padre fue fotógrafo en las plazas de México, y que en algún momento de su vida él también vivió de ello; sonríe para decir que su familia fue tan pobre “que ni los pobres querían juntarse con ellos”. 

No importa que deje el traje, Carlos Villagrán será eternamente Kiko, pues el traje no lo transforma en su caminar, en las facciones de su rostro, ni en su sonrisa, y aun cuando se pone serio, uno puede ver a Kiko. No importa cuántos años pasen por su rostro, él tiene la clave para verse tan igual como en el último rodaje de la vecindad del Chavo hecho en 1975. Sólo basta con inflar los cachetes.

EL CHANFLE
Si no hubiese sido Kiko, hoy sería un futbolista profesional. No hubo otra cosa que le gustara más de niño que hacer burbujas de espuma, pero no tuvo sueños más grandes que ser futbolista profesional o cómico en su vida. Según Villagrán, alcanzar el fútbol profesional estaba lejos de sus posibilidades económicas y no de su talento, pero la vida le entregó la oportunidad de ser cómico, una tarde de 1971, mediante su amigo Rubén Aguirre, quién luego de verlo inflar los cachetes e interpretar un pequeño número cómico junto a él en su casa, descubrió su talento y lo presentó a Roberto Gómez Bolaños.

Sin embargo, la película “El Chanfle” cumplió su sueño de convertirse -aunque sea sólo en las pantallas- en un delantero estrella de América, de México.

EL CHAVO DEL OCHO
La serie “El Chavo del Ocho”, a la que Villagrán considera una secuencia de sketch (escena cómica que dura entre uno y diez minutos aproximadamente), ha sido traducida a un sinfín de idiomas, asegura que Brasil no es el único país donde se encontró con su imitador. Para quienes dudan, les aclara que no se pone nada dentro de las mejillas para hablar como el personaje al que representa; simplemente los infla, hecho que tampoco le exigió esfuerzo, ya que desde niño le gustaba hablar así.

DATO
Sus ganas de hacer reír a grandes y chicos estará perenne, y su traje -aunque esté colgado- posiblemente vuelva a ponérselo; pues su esposa no duda de que en Estados Unidos u otros países se lo soliciten. Asegura también que si bien es cierto ya no tendrán giras con los shows como en esta y anteriores oportunidades, Kiko siempre estará presto a las entrevistas.


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