lunes, 16 de julio de 2012

Futbolista muere por falta de médico de Hospital Goyeneche


No fue operado oportunamente porque especialista pidió permiso.

Por Sharon Castro Oxa

Elmer Aguirre Ongora falleció el miércoles 27 de Junio a las diez y cuarenta y cinco de la noche en la sala de emergencia del Hospital General Honorio Delgado Espinoza minutos después de llegar en la ambulancia del Hospital Goyeneche, nosocomio donde había sido atendido cuatro días atrás y donde no le detectaron la apendicitis sino hasta el miércoles en la mañana, día en el que falleció porque el médico cirujano y especialista de turno había pedido permiso.

TENÍA VIDA POR DELANTE
Su más grande sueño era ser futbolista y alcanzar el reconocimiento a nivel nacional; así declaró para una entrevista en radio USMP de Lima en el año 2007; sus posibilidades económicas, su talento y sus anhelos sólo le alcanzaron para jugar en el equipo distrital de Cayma “Los Tigres”, al que representaba con la camiseta número catorce en posición de delantero y en cuyos dirigentes lloraron su partida. Este año terminaba su contrato en dicho conjunto deportivo. Según Alonso Arque, uno de sus mejores amigos, a su edad el sueño de ser futbolista daba un paso atrás para iniciar otro.
No tuvo la oportunidad de seguir una carrera profesional, por ello su sustento económico hasta sus 29 años de vida fueron el fútbol y su trabajo como conductor de un microbús de la empresa Cotaspa. Desde este año había tomado la firme decisión de ahorrar hasta su más pequeño céntimo para comprarse un carro Tico y, así, generar sus ingresos económicos de forma independiente. Mas gracias a las falencias del personal del Hospital Goyeneche, no pudo completar su deseo.

CAMINO A LA MUERTE
La muerte de Elmer Aguirre, para todos sus familiares y amigos, fue inconcebible. Ninguno de ellos imaginó que las nauseas, fiebre y dolores abdominales con los que ingresó al nosocomio de la avenida Goyeneche el sábado 23 de junio pasado lo llevarían a la muerte; peor aún cuando María René Cruz Bueno, médico internista, lo diera de alta al día siguiente, aduciendo que el paciente ya estaba mejor y que sólo por insistencia de una cuñada del convaleciente ordenó que antes de enviarlo a casa le colocaran suero.
Según el director del Hospital Goyeneche, Roberto Marcelino Orta Barreda, María René Cruz Bueno no es médico internista como se lee en el sello de la receta que dio al paciente, sino que cumple la función de asistente. “Extraoficialmente” nos dijo que el día 23 de junio, René Cruz le habría diagnosticado enterocolitis.
Ya en casa, Elmer Aguirre no mejoraba, sino -por el contrario- su organismo no toleraba comidas ni agua, los dolores se hacían más intensos e insoportables, por ello Janeth Alegría Soto lo llevó por segunda vez al hospital el miércoles 27 de junio a las nueve de la mañana, solicitando una consulta externa, pero de inmediato lo enviaron a emergencia, donde se sospechó que padecería de un abdomen agudo.
Durante las siguientes horas, Elmer pasó por todos los análisis, el examen de riesgo quirúrgico y  el proceso anestesiológico, mientras los familiares estuvieron al tanto de los medicamentos y pagos respectivos. Según el médico Orta, diagnosticar una apendicitis no es tan sencillo como parece, “es todo un reto y peor aún cuando se ha medicado con antibióticos, porque aparentemente hay mejoría, pero de pronto se sufre un shock séptico, en que se perfora el apéndice y compromete otros órganos como riñón, pulmón, corazón y se produce la muerte”, explica, agregando que la posibilidad de salvar la vida depende de la agresividad de la lesión y el estado de defensa del paciente.

CULPABLES E IRRESPONSABLES
Elmer Aguirre perdió la vida por una irresponsabilidad, y no porque tanto él como su familia hayan acudido al sanatorio cuando todo ya estaba perdido, tuvieron el tiempo suficiente para detectar el problema en su salud y curarlo, pero no sucedió así. El día miércoles, minutos después de las diez de la noche, Norma Aguirre Ongora llegaba para dejar una frazada a su cuñado y se encontró con su hermano listo para ser trasladado en la ambulancia del Goyeneche al Honorio Delgado Espinoza, no le dieron más respuesta que la de “no hay médico que lo opere”, y que inmediatamente debía pagar los derechos que, por el ajetreo, ella ni recuerda que pagó.
Firmaron el traslado el sub director del hospital, el jefe de guardia y el médico de medicina general de turno; Norma no se opuso porque entendió que era grave; pero tanto ella como su cuñado Ventura Aguirre aseguran que Elmer, durante el trayecto al otro nosocomio, no contaba con suero ni oxígeno, a los que antes de subir a la ambulancia sí estaba conectado.
El médico que debió operar al paciente fue el Dr. Sosa. Según Roberto Orta, este habría pedido permiso a Freddy Ticona, jefe de guardia de aquel día que debió haber sustituido en el programa a Sosa por otro médico que pudiera cumplir sus funciones; pero no fue así. “Es una eventualidad, hubo falla administrativa y será sometido a un proceso administrativo”, explica Orta, agregando que la máxima sanción es la destitución del cargo.

RESPUESTAS EN EL AIRE
Las investigaciones recién empiezan. Hasta el cierre de esta edición, la familia de quien en vida fue Elmer Aguirre Ongora aún no había denunciado el caso ante el Ministerio Público, pero esperan saber por qué tuvieron que pasar cuatro días para recién detectar la enfermedad, por qué su hermano tuvo que esperar el miércoles hasta las diez de la noche para que le asignen un médico que lo opere y que no se cuente con dicho especialista.
Para los arequipeños: ¿Cuántas personas pierden la vida a diario por irresponsables actos en los hospitales de la ciudad?

DATO
Trascendió que el caso de la semana pasada se dialoga en la Gerencia Regional de Salud, junto con los involucrados de los hospitales Goyeneche y Honorio Delgado Espinoza. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario