lunes, 11 de julio de 2011

La Ibérica: Chocolate dulce para el Perú y amargo para sus trabajadores


Empleadas de empresa realizan huelga exigiendo mejor trato y sueldo.

Por: Oscar Alanya A.
Hace un par de años cuando caminaba por el Jockey Plaza, uno de los centros comerciales más conocidos de la capital, con orgullo miré en uno de los pasillos principales un pequeño puesto de “La Ibérica”.
Empresa que, todo aquel que se dice arequipeño, reconoce con sólo escuchar su nombre e incluso se sentirá orgulloso por tratarse de una firma arequipeña con tiendas en diversas partes del Perú y con ventas al extranjero.
Una empresa que hace dos semanas para todos en Arequipa representaba la imagen de solidez, que nació en el año de 1909 de mano del español Juan Vidaurrázaga Mechado, con la instalación de su primera fábrica.
Una descripción sólida y tradicional que varió radicalmente al oír a sus empleados asegurar no percibir el dulce que miles sienten cuando prueban un chocolate de La Ibérica, sino el sabor amargo de un sueldo injusto. Mal sabor que los llevó a iniciar una huelga indefinida para pedir justicia.

UNA HUELGA ANUNCIADA
El 11 de marzo el Sindicato de Trabajadores de La Ibérica, conformada por 100 de los más de 250 empleados del área de producción, presentaron a la gerencia de la empresa su pliego de reclamos. Las otras 150 personas que no integran el gremio son contratados y podrían despedirlas.
Fueron varias reuniones, pero ninguna dio resultado. Luego de oír a los dueños de la empresa que no podían aumentarle su jornal diario de trabajo, los trabajadores del gremio que es conformado en un 80% por mujeres, decidieron irse a la huelga el 23 de julio. En sus 10 primeros días, las huelguistas se dedicaron a marchar sin impedir en ningún momento que sus compañeros contratados dejen sus labores y sin tampoco realizar ningún acto frente a las tiendas de la empresa, que pudiera alejar a los clientes.
Incluso, según nos explicó la presidente del sindicato, Luz Villata Candia, se intentó sostener reuniones con la gerencia a fin de iniciar tratativas y terminar con la medida de fuerza, pero nunca asistieron a las reuniones.
En total, según nos confirmó el Gerente Regional de Trabajo, Wilmer Mixcan Sáenz, se citó a ambas partes en cinco ocasiones, pero sólo asistieron los trabajadores. Los representantes de la empresa recién asistieron a la sexta citación.
Sin embargo, la motivación no habría estado tan enfocada en solucionar el problema, sino en evitar la mala imagen que generaría la radicalización de la medida de fuerza anunciada el viernes 1 de julio. Una huelga de hambre en la Plaza de Armas.

MADRES EN HUELGA
La radicalización de la protesta, sin embargo, no inició el lunes 4 como estaba previsto. Dos reuniones entre los empleados y empleador que no tuvieron éxito, prolongaron el desarrollo de la medida hasta la noche del 6 de julio. Cuatro mujeres tomaron la medida.
Gladis Pacheco Paredes, Teresa Gutiérrez Mendoza, Luz Mendoza Chirinos y Verónica Chirinos Velásquez, con quienes en la carpa instalada frente a la Catedral de Arequipa, pudimos conversar y entender un poco el sentido de su lucha.
Teresa, madre de dos niños, nos contó que entró a trabajar en la empresa hace 23 años. Desde ese tiempo la producción creció a gran ritmo, pero las mejoras salariales y de seguridad no cambiaron en nada.
“Cuando entré a La Ibérica sólo había un turno en el área de producción. Pero debido a la apertura de tiendas en otras partes del Perú y la exportación al extranjero, se aumentó un turno y se contrató a más personal”, nos dijo.
A pesar de ello, las condiciones de seguridad no mejoraron. “Sin bien trabajamos con mandiles, gorras para el cabello y guantes para no contaminar los alimentos, a nadie se les entregó calzado de seguridad ni se dio charlas de seguridad para manejar las máquinas.
Gladis, madre de dos hijos, nos contó que a la semana un promedio de tres trabajadores sufren algún tipo lesión. Ella por ejemplo, un par de años atrás, en una máquina conocida como “barquillo”, que consta de planchas de metal, se quemó en el antebrazo derecho.
Todos aquellos que han trabajado alguna vez en máquina se han quemado el brazo. Pero no sólo en ese equipo los trabajadores se lesionaron. Hay otros que funcionan a calor o cortadoras, donde casi siempre alguien se quema o se corta, nos dijo.
Un caso grave se produjo en el 2010. Un varón, que apenas llevaba un mes trabajando, en la empresa se cortó un dedo. Si bien la empresa, mediante el seguro, pagó el costo de su atención, luego de un mes de ocurrido el accidente lo despidieron.

¿QUÉ PIDEN LAS TRABAJADORAS?
Los pedidos de las integrantes del sindicado de La Ibérica son varios, pero los primordiales están referidos al aumento de sueldos, pagos por trabajo en horas extras y mejores medidas de seguridad para el personal.
Un trabajador recibe como sueldo diario entre 18 y 23 soles, y por horas extras un pago que asciende al 35% de la remuneración básica. Su pedido es ganar entre 4 y 5 soles más por día y que el cálculo para el pago del sobretiempo se haga según la remuneración de cada trabajador y no según el sueldo mínimo.
Además que se implementen charlas de seguridad ocupacional, para disminuir la alta tasa de accidentes de trabajo que ocurren durante sus labores.

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